Sherezade bailaba al ritmo sensual de una canción árabe mientras yo la miraba sentado en aquel cojín. Después de la primera canción y prohibirme reiteradamente que la tocara, comenzó a quitarse poco a poco la ropa que llevaba puesta. Una vez desnuda se acercó hasta mi y me dio un beso en la boca. No me dejó tocarla y me dijo que ahora me tocaba a mí bailar para ella. Nada convencido de mis dotes como bailarín y algo ofuscado por no poder tocarla, me levanté y comencé a mover los pies al ritmo de la música obedeciendo su orden. Poco a poco fui perdiendo la vergüenza y ya movía todo el cuerpo, lo cual provocaba las risas de mi anfitriona. Sin perder la compostura ni la gracia, me fui despojando de la camisa primero y de los pantalones después. Ya desnudo y satisfecha Sherezade por el patético espectáculo recibido, me acerqué a ella y comencé a besarla.
"No tengas tanta prisa por llegar al final" - me decía mientras la acariciaba con desenfreno. Volvió a levantarse y trajo consigo un narguile, la cual preparó con esmero. Tras un par de fuertes caladas, me lo pasó y comenzó a contarme un cuento.
Un hombre desnudándose mientras baila....mmmmmm
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