Estoy abrumado. Estoy más que abrumado. Nunca antes me había dicho cosas tan bonitas y no creo que las merezca en absoluto. Soy consciente del daño que puedo hacer y también del daño que puedo recibir. La soledad es muy mala consejera y caí en lo que no debería haber caído. Mientras mi cabeza vuela hacia otra ciudad, mi cuerpo está en esta. Sé que lo que tengo en otra ciudad se perdió para siempre y lo que tengo en ésta... no sé adonde me llevará. Prefiero no pensarlo y dejar que todo fluya, pero es imposible. Me está ganando con sus palabras, con su dulzura, con su afecto. Es como cuando conocí a la mujer que vive en otra ciudad. Un verdadero ángel. Me enamoré de su dulzura, su afecto, sus palabras dulces y amables. También me enamoré de su vida trágica, de su fortaleza ante las dificultades, de su completa devoción por mí y de su cuerpo. Maldito de mí que andaba con otra al mismo tiempo (también me enamoré de lo exótico, de la vida desgraciada y por un momento creí que podía rescatarla). Maldito de mí que elegí a la que menos me convenía. El tiempo y la vida me castigaron. Sufro cada día del mismo remordimiento, de no saber elegir, de no haber sido valiente y haber parado a tiempo. Ahora, su indiferencia, totalmente merecida, me tortura y me golpea con fuerza.
Cuando peor estaba, aparece otro ángel en mi vida. Su dulzura, su afecto, sus palabras dulces y amables. Una devoción indescriptible, con una belleza interior extraordinaria. Otra historia trágica, la misma superación ante las dificultades. Siempre los mismos ingredientes que me hacen fijarme en una mujer, o quizás es un imán que tengo para que se me acerque este tipo de mujer. No sé por qué se fijan en mí. Creo sospechar por qué me fijo en ellas. Me gusta ser protector, me identifico con los desamparados y con las historias tristes. Me creo que pongo un poco de luz en sus vidas y no me doy cuenta de la oscuridad que llevo dentro. No merezco nada. Me siento fatal. No sé qué hacer. Escribo porque me consuela, pero no puedo evitar sentirme fatal. Otra vez la he vuelto a fastidiar.
¿irradias luz llevando oscuridad en tu interior? No te sientas mal....esa luz que emanas, esa protección que ofreces, algún día te inundará a ti mismo
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